jueves, 17 de julio de 2008

Historica votación en el Senado

La votación terminó igualada en 36 votos. Y el vicepresidente tuvo que desempatar. "Voto en contra. Que la historia me juzgue", dijo en un mensaje dramático, a las 4.25. El debate en el Senado duró 18 horas. La decisión es un durísimo revés político para el Gobierno, que enfrenta disidencias en el peronismo y el alejamiento de algunos aliados. El campo y la oposición, los ganadores.

En un final dramático e inesperado, a las 4.30 de la mañana de hoy el Senado rechazó el proyecto oficial del Gobierno que pretendía ratificar las retenciones móviles a las exportaciones agropecuarias. La larguísima sesión terminó en un empate clavado en 36 votos de cada lado y debió definir el vicepresidente de la Nación y titular del Senado, el radical "K" Julio Cobos: votó por el "no" con la voz quebrada, tras un apesadumbrado y nervioso discurso.
José Pampuro fue el encargado de ofrecerle que no baje al recinto, y que él se hacía cargo de presidir para votar doble y ahorrarle una conmoción política al Gobierno. Pero "Cobos quería votar, no hubo forma de convencerlo", dijeron en el bloque oficialista.También lo tironeó Pichetto: "no se puede estar en la foto solo para la campaña, cuando la presidenta tiene el 80 por ciento de imagen positiva, y no acompañar ahora. Somos parte del Gobierno, no hacemos oportunismo político", dijo el jefe de la bancada kirchnerista. El fin de semana había dicho que, si Cobos votaba en contra, debía "irse del Gobierno".

Los que se llevaron mayor atención fueron los rebeldes del oficialismo. Carlos Reutemann ("Este conflicto podría llevar a la desintegración del pueblo argentino"); Juan Carlos Romero, Roberto Urquía y la riojana Teresita Quintela, entre otros. El empate había llegado pese a que el catamarqueño Ramón Saadi dio su voto al gobierno de Cristina -quien paradójicamente, en 1996 luchó para evitar que entrara como senador con el famoso "videopliego"-. El voto por el "no" fue del radical K Emilio Rached, que el oficialismo esperaba tener de su lado. El santiagueño no había pisado el Senado en toda la semana pasada para "evitar presiones" y ayer llegó cuatro horas tarde con su sorpresa bajo el brazo.

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